Con platos estables, clientes estables…

Hay varios motivos por los que los clientes suelen regresar a un restaurante. El primero y fundamental, lógicamente, es la calidad de la comida.

Pero es que hacer las cosas bien, una vez, es relativamente fácil. Yo en mi casa, en un alarde de calidad culinaria, hago tortillas, gazpachos y muchos tipos de arroces y pastas. ¿Y qué tal se te da? Me preguntaréis algunos. Pues la verdad es que todo me sale bastante rico, lo tengo bastante controlado. Ahora bien, ¿me sale siempre igual? Esa es la cuestión.

Pues separando cada uno de los productos antes mencionados, puedo ver las diferencias notables, diferencias que no me permitirían abrir un restaurante con garantías, eso está claro. Me explico.

El gazpacho, si, el gazpacho casi siempre está igual. Tengo mi receta y, con la excepción del sabor de unos u otros tomates, las medidas y demás me permiten ofrecer un producto estándar y de relativa calidad. Vamos a darnos un 9/10¿Abrimos el restaurante, o no?

Vamos con la tortilla. Este es otro cantar. La tortilla me sale muy rica, por supuesto que con cebolla, y siempre bien doradita y demás. Punto de sal, punto de la patata, el mismo. ¿Me sale siempre igual? Pues va a ser que no. Por unas cosas o por otras siempre suele haber diferencias, incluso a veces, sólo a veces, se me puede quemar un poco. Un 6/10 y voy que ardo.

   ¿Y que pasa con las pastas y con los arroces? Pues aquí ya dependo mucho de los ingredientes, del punto de cocción y demás. A veces bien, a veces no tan bien, está claro que aquí suspendo y me deja claro que, por el momento, cocinando yo no podría abrir un restaurante.

¿Por tanto, es la calidad de la comida lo que hace que la gente vaya a un restaurante varias veces? Pues claro que sí, aunque lo más importante es que, además de estar rica, esté siempre igual. Si te pides un gazpacho porque te gustó la última vez, que sepa igual que la última vez.

Del mismo modo, una vez que confías en la cocina, puedes pedirte alguna cosa nueva. Es necesario que el restaurante innove y ofrezca platos nuevos de vez en cuando y para eso lo mejor es hacer caso a los profesionales y no ponerte a inventar, por lo menos al principio.

Y te lo dice hasta Chicote!  Recomienda la Quinta gama a cualquiera que quiera abrir un restaurante. 

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