La importancia de lo accesorio… Esa tapa!

«Los libros no se pueden juzgar por las tapas, los bares sí.» (Anónimo). 

Todavía lo recuerdo como si fuera ayer. Bueno, que sí, que tampoco ha pasado tanto tiempo. ¿Cuánto? ¿18 años? Madre mía, es verdad, 18 años ya… Pero sí, el tiempo pasa y, aunque me mantengo joven y bello (ejem!), los tiempos de la universidad quedan lejos ya. Tiempos de estudio, pero también tiempos de bares. 

Porque en esa época, aparte de hincar los codos, solíamos quedar en los bares de la zona para hablar, jugar a las cartas y, lo más mportante de todo, para no ir a clase. Los bares, por lo que yo recuerdo, los dividíamos en dos. Bueno, en tres. Más allá de los que ponían cartas o no, (algo fundamental para todos esos jugadores empedernidos que hoy seguramente estén triunfando en bolsa(, la otra división clara era los que ponían tapa con la cerveza y los que no. Los que ponían algo de picar, lo que fuera, curiosamente fueron los que vimos abiertos año tras año. 

Pero vamos con algo de historia.  Dice la leyenda que la tapa fue invención del rey español Alfonso X el Sabio, que se vio obligado a tomar pequeñas cantidades de comida acompañadas de vino mientras se recuperaba de una enfermedad. Le fue tan bien que una vez recuperado, el rey decretó que no se debía servir vino alguno en las tabernas del Reino de Castilla sin que fuese acompañado de un aperitivo para evitar la embriaguez.

Al ir abriéndose nuevas tabernas, el decreto de Alfonso X permaneció vigente y todos los vasos de vino se servían cubiertos por una loncha de jamón o de queso con la idea de que esta cobertura evitaría que los insectos u otras inmundicias cayesen en la bebida, además de ayudar a absorber el alcohol consumido.

Desgraciadamente, como hemos comprobado en los últimos tiempos, ya no es obligatorio poner una tapa con cada bebida y es una costumbre que se está perdiendo. Pero, claro, cuando te la dan se agradece. Y al igual que el wifi gratuito, te hace más fiel a ese bar o taberna.

La Cocina de Lola, con su línea de Quinta Gama, ofrece una alternativa fácil a bares y restaurantes para que puedean ofrecer esa tapa, esa ración o ese plato de comida tradicional de máxima calidad. Sin necesidad de usar la cocina, sin mayor gasto en personal. Con toda la frescura, desde nuestra cocina hasta el paladar del cliente más exigente. 

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