Reticencias y errores acera de la Quinta gama


El otro día estaba hablando con un amigo mío que tiene un restaurante. Me decía que, en los últimos tiempos había sufrido una caída en las ventas de su negocio, que la competencia era feroz y que, aunque su calidad era superior (ya que no usaba Quinta Gama), la clientela se había mudado a sitios cercanos.

Inmediatamente, en mi afán por ayudar a un amigo, me metí en la red para ver el estado de su negocio. Como todos sabemos, TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, está en la red global.

Mi sorpresa fue que, efectivamente, el negocio se había quedado algo atrás. No habían sabido modernizarse y ofrecer ese factor diferencial de moda, estilo, «lifestyle» lo llaman algunos, que ofrecían los demás sitios. Paralelamente, a pesar de lo que él me comentaba, la comida no estaba al nivel que me defendía. Si bien tenía algunas buenas críticas, otra gente comentaba que habían dejado de ir porque no tenían consistencia, porque la carta no se renovaba y demás. Le llamé y les ofrecí asesoramiento. ¿Por qué no probáis la Quinta Gama?

Su respuesta, desgraciadamente, era la esperada: «Es que no queremos bajar la calidad».

Este es uno de los mitos que están más instaurados con respecto a la quinta gama, que son productos de baja calidad. Ya hemos explicado muchas veces que esto no es así, que hasta los mejores restaurantes (aunque no lo digan), usan la quinta gama de una u otra forma. Hasta Chicote, sin dudarlo, lo recomienda. La quinta gama, si está bien elegida por supuesto, es una alternativa inteligente para ofrecer, no sólo calidad, si no lo que es más importante, variedad y estabilidad en los platos , además de poder gestionar eficazmente los picos de asistencia.

Por tanto, la quinta gama es fundamental en la hostelería actual, es necesaria usarla con cabeza y profesionalidad.  La Cocina de Lola, con su línea de Quinta Gama, ofrece una alternativa fácil a bares y restaurantes para ayudarles a ofrecer, sin demasiado esfuerzo, platos elaborados y sofisticados, con mucha calidad. Sin necesidad de usar la cocina, sin mayor gasto en personal, para que sólo te centres en el toque personal

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